Llegar a la sede de Old Boys siempre es una experiencia agradable. El portón abriéndose lentamente y allá está Miguel haciendo lo imposible para conseguirte un hueco y cuando bajas del auto casi siempre aparece Darío ofreciéndote su puño y un “¿Cómo andas negrito?”
Mocho y su equipo es todo lo que está bien de una cantina de club. Capeando esta tormenta 2020, siempre positivos, tratando de brindarse de la mejor manera y esforzándose en sus platos que la verdad, son riquísimos.
Hay una mesa afuera donde la comisión de rugby trabaja para que los que estamos involucrados en obcrugby tengamos todo lo que necesitamos para entrenar. Conversan, gritan se ríen.
Sobre el deck de madera, los de obcfutbol juntaron varias mesas y se empiezan a escuchar los primeros comentarios del partido que acaban de jugar. Miro a la derecha y veo, allá a lo lejos, a los hermanos Invernizzi “gastando” al Toto Deus por una volea que dejó en la red.