Con un panorama de pandemia y cambios en la dirección técnica, comenzó la disputa por cuarta vez consecutiva para Old Boys el Campeonato de la A, lo que se configuraría en un récord ya que hasta el momento se habían disputado 3 campeonatos consecutivos de la máxima categoría entre 2012 y 2014.
Un hecho singular y pintoresco – que deja en evidencia lo atípico del año – fue la designación del capitán. Roberto Giménez, quien en un principio no iba a ser parte del grupo para irse a estudiar a España, tuvo que suspender todo a raíz del Covid y se quedó en Uruguay, no solo para integrar el plantel, sino para liderar al grupo en lo que a la postre sería un año inigualable.
En lo que refiere a lo estrictamente deportivo, en Primera se dieron dos hechos históricos. El primero y principal, la obtención del segundo puesto en la máxima categoría – superando el 4º puesto del 2017 – destacándose el invicto que mantuvo el plantel hasta la antepenúltima fecha y dándole pelea hasta el final al posterior campeón, Tenis Pinar.
En segundo lugar, haber podido confirmar y sostener la supremacía con el tradicional rival en lo que fue la victoria por 2-0, estirando a 9 los partidos sin ver la derrota en los últimos 5 años. Sin dudas, un hecho sin precedentes y motivo de inmenso orgullo.
Otro hito importante como consecuencia del 2º puesto fue una nueva clasificación al Torneo de Honor (Copa de Campeones), logrando así la tercera clasificación en los últimos 5 años, consolidándose el club entre los equipos de privilegio y más fuertes de la LUD de los últimos años.
En lo que respecta a Reserva, el equipo dirigido por Jonathan March y Juan “Arbusto” Secco tuvo una excelente primera ronda donde se logró la clasificación a la Copa de Oro. El juego y los resultados no acompañaron en la segunda parte del año, dejando al equipo sin chances de pelear por el campeonato de forma muy temprana, pero quedando una vez más entre los mejores 8 de la categoría. Sin dudas, debemos atribuir esta gran campaña a la sintonía que se generó durante el año con Primera.
La fortaleza y la unión del plantel también es digna de subrayar, ya que se mantuvo el compromiso firme por los objetivos trazados durante todo el año a pesar de las dificultades, destacándose también la consolidación y titularidad en Primera de varios juveniles provenientes de Sub-20.
A su vez, como parte de la transformación que vive el Club, se entrenó durante el año en el Complejo Azulgrana (Anexo), disponiendo de canchas iluminadas propias lo que permitió una autonomía y una planificación sin precedentes, aunque logísticamente representó un gran desafío.
En el mes de diciembre, la Primera disputará el mencionado Torneo de Honor, una Copa que aun falta en las vitrinas del Club, cayendo en el partido de cuartos de final por penales vs Chacarita