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En un año atípico marcado por la pandemia del Covid-19, la Primera de Old Boys comenzó el año con 3 planteles de futbol en mayores. Primera y Reserva “A” que representarían al Club en la Liga Universitaria y Reserva “B” quien disputaría la Liga Uy.

En primer lugar, hubo que adaptarse al nuevo cuerpo técnico liderado por Juan Manuel “Pelo” Ortiz, quien el año pasado había oficiado de Asistente Técnico. El “Pelo” – actual jugador de Cerrito, recientemente ascendido a Primera División de la AUF – se hizo cargo del plantel principal dando sus primeros pasos como DT, acompañado por Fabián Díaz (PF).  La nueva cara en el Cuerpo técnico era la del “Mono” Sabella, quien se unió al staff del plantel superior como colaborador “de la casa” para contagiar la pasión por la azulgrana y dejar su sello característico.

Otro de los desafíos que enfrentó el grupo fue la sinergia y dinámica de los entrenamientos semanales entre los planteles de Primera y Reserva, ya que hasta entonces practicaban por separado, lo que elevaba a 40 el número de futbolistas bajo la preparación física de Díaz.

Un nuevo reto se presentó luego del recordado viernes 13 de marzo, donde el país prácticamente se detuvo y el plantel se vio forzado a una cuarentena estricta, viéndose postergado el inicio del torneo estipulado para el 22 de marzo y para el cual venían preparándose hace varias semanas.

A partir de ese momento, el grupo comenzó entrenar individualmente para no desperdiciar lo realizado durante la pretemporada. Luego, se incorporaron entrenamientos físicos y tácticos en grupo vía Zoom hasta volver a los ensayos presenciales para continuar preparando la temporada, que finalmente comenzó el domingo 19 de julio con una modalidad distinta a la habitual.

En lugar de disputar una primera ronda de 15 fechas y luego dividir la tabla entre los “8 de arriba” y “8 de abajo” para la disputa del Campeonato o Permanencia durante las restantes 7 fechas, la LUD definió que el torneo se dispute en una única ronda de todos contra todos.

Además, en lugar de 4 descensos directos, se establecieron apenas dos y se definió que aquel equipo que terminase antepenúltimo disputara un repechaje (“promoción”) con el tercero de la divisional siguiente.

Con un panorama de pandemia y cambios en la dirección técnica, comenzó la disputa por cuarta vez consecutiva para Old Boys el Campeonato de la A, lo que se configuraría en un récord ya que hasta el momento se habían disputado 3 campeonatos consecutivos de la máxima categoría entre 2012 y 2014.

Un hecho singular y pintoresco – que deja en evidencia lo atípico del año – fue la designación del capitán. Roberto Giménez, quien en un principio no iba a ser parte del grupo para irse a estudiar a España, tuvo que suspender todo a raíz del Covid y se quedó en Uruguay, no solo para integrar el plantel, sino para liderar al grupo en lo que a la postre sería un año inigualable.

En lo que refiere a lo estrictamente deportivo, en Primera se dieron dos hechos históricos. El primero y principal, la obtención del segundo puesto en la máxima categoría – superando el 4º puesto del 2017 – destacándose el invicto que mantuvo el plantel hasta la antepenúltima fecha y dándole pelea hasta el final al posterior campeón, Tenis Pinar.

En segundo lugar, haber podido confirmar y sostener la supremacía con el tradicional rival en lo que fue la victoria por 2-0, estirando a 9 los partidos sin ver la derrota en los últimos 5 años. Sin dudas, un hecho sin precedentes y motivo de inmenso orgullo.

Otro hito importante como consecuencia del 2º puesto fue una nueva clasificación al Torneo de Honor (Copa de Campeones), logrando así la tercera clasificación en los últimos 5 años, consolidándose el club entre los equipos de privilegio y más fuertes de la LUD de los últimos años.

En lo que respecta a Reserva, el equipo dirigido por Jonathan March y Juan “Arbusto” Secco tuvo una excelente primera ronda donde se logró la clasificación a la Copa de Oro. El juego y los resultados no acompañaron en la segunda parte del año, dejando al equipo sin chances de pelear por el campeonato de forma muy temprana, pero quedando una vez más entre los mejores 8 de la categoría. Sin dudas, debemos atribuir esta gran campaña a la sintonía que se generó durante el año con Primera.

La fortaleza y la unión del plantel también es digna de subrayar, ya que se mantuvo el compromiso firme por los objetivos trazados durante todo el año a pesar de las dificultades, destacándose también la consolidación y titularidad en Primera de varios juveniles provenientes de Sub-20.

A su vez, como parte de la transformación que vive el Club, se entrenó durante el año en el Complejo Azulgrana (Anexo), disponiendo de canchas iluminadas propias lo que permitió una autonomía y una planificación sin precedentes, aunque logísticamente representó un gran desafío.

En el mes de diciembre, la Primera disputará el mencionado Torneo de Honor, una Copa que aun falta en las vitrinas del Club, cayendo en el partido de cuartos de final por penales vs Chacarita

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